DISNEYLAND SE ALINEA CON EL EJE DEL MAL

La inexplicable ausencia de Mickey Mouse de nuestras pantallas desde hace varios años ha quedado finalmente explicada. Durante este tiempo el famoso ratón animado ha sufrido un proceso a través del miedo y del odio que ha desembocado en el lado oscuro. Empujado por el rencor acumulado por su cada vez más dolorosa ausencia de las producciones de Disney, el ratón ha abandonado las cabriolas y cursilerías habituales de sus actuaciones, sustituyéndolas durante los últimos años por técnicas malvadas aprendidas en las montañas de Afganistán. Aprovechando sus nuevas habilidades, junto a la influencia histórica que el ratón ha tenido en la república Disney, Mickey Mouse ha unido bajo un mismo partido, la Liga Analógica Animada, a la todavía mayoría de personajes analógicos de Disney, y se ha hecho con el poder de Disneyland. Las líneas políticas del partido LAA son cercanas a un ultranacionalismo con tintes teocráticos cuyos principales elementos son el desprecio a la animación digital a favor de la analógica y la veneración del cuerpo incorrupto de Walt Disney, al que ellos se refieren Emperador Walt, que ostenta el cargo de Presidente Eterno tanto del partido como de Disneyland (renominada como República Popular Animada de Disney). Una de las primeras medidas tomadas por el gobierno de Mickey Mouse ha consistido en una fuerte represión de los personajes de la etnia Pixar, minoría de naturaleza digital, a los que ha declarado enemigos de la patria y recortado derechos de ciudadanía como los de reunión, expresión y representación política,  habiendo llegado a ilegalizar al Partido Pixar. 

En materia internacional el Ratón Mickey ha dirigido la voluntad de los ciudadanos de Disney hacia posiciones próximas a Irán y Corea del Norte en su política nuclear. Así lo manifestó el cangrejo de la sirenita, embajador de Disney ante las Naciones Unidas, donde anunció un programa de colaboración en materia energética y militar con Ahmadineyad y Kim Yong-il. En la misma sesión el cangrejo notificó la expulsión de Disney del embajador estadounidense en la república animada así como la negación de visados a las personas con pasaporte humano.